domingo, 14 de noviembre de 2010

Sobre la genialidad...

"El genio se compone de un 2% de talento y un 98% de perseverante aplicación"

Tiene gracia que estas palabras fueran pronunciadas por el genio por excelencia, por aquel al que Alex denominaba "el divino, divino Ludwig Van".

Beethoven nace en Bonn, el 16 de Diciembre de 1770. Aún no ha aparecido en escena el Romanticismo, ni siquiera en Alemania, donde años más tarde arrasará en todas las manifestaciones artísticas y en el pensamiento, devolviendo el sentimiento, la emoción, la pasión, lo sublime...atributos prácticamente congelados durante el Neoclasicismo, en su afán por recuperar la mesura y la sobriedad del clasicismo griego. Por ello, y una vez más, desmontando la rancia y equívoca división por estilos, Beethoven resulta inclasificable. Desde luego no pertenece al frio dogmatismo del Clasicismo, pero tampoco al intimismo de Chopin o a la experimentación explosiva y extravagante de Berlioz...luego ¿qué es? Realmente, debería darnos igual.
Lo verdaderamente importante es su rebeldía, su espíritu juvenil, su quebrantamiento de las normas académicas, su pasión, su carácter...su genialidad.

Conocidas por todos son sus sinfonías, sobre todo las impares. Quizás también su Septimino, aunque más bien lo asociamos a la entradilla de Érase una vez...También algunas de sus sonatas, llevándose la palma Claro de Luna...

Yo hoy quiero dedicar la entrada a otra de sus grandes obras maestras, que no es ninguna de las que acabo de citar, si no que se trata de su sonata para piano nº8, más conocida como Patética, y más concretamente al primer movimiento. Y es que es uno de los mejores ejemplos para comprender su temperamento musical:

Comienza a sonar la música, pero no una melodía, sino que más bien parece que su creador esté improvisando, buscando algo... duda, titubea, sigue moviéndose por el piano, sigue buscando...hasta que por fin la encuentra...y comienza la melodía. Además, no comienza con un Allegro, como sería lo propio, sino con un Lento, sin un tema musical predefinido...todo ello da como resultado, en menos de un minuto , una increible modernidad, una erótica y arrebatadora fuerza expresiva, donde el genio se descubre, se muestra tal y como es, dejándonos entrar en su más profunda intimidad


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