miércoles, 17 de noviembre de 2010

Dalí/Hitchcock: el sueño de Spellbound

En 1945, Dalí viajará a Hollywood, motivado por el encargo de diseñar una escena onírica, destinada a la película Spellbound (Recuerda), dirigida por Alfred Hitchcock. El director estaba realmente interesado en la colaboración de Dalí. Por otra parte, Salvador aceptó de buen grado este encargo debido a que el argumento del film versaba sobre el Psicoanálisis, temática innovadora y original por aquel entonces, la cual, atraía enormemente al artista. El sueño en cuestión, constituía una de las partes más importantes de la película, dado que en él se encontraban las claves necesarias para poder resolver el misterio en torno al cual giraba la historia.
La secuencia definitiva, de dos minutos y cuarenta y nueve segundos de duración, presenta una serie de imágenes que resultan realmente interesantes, algunas de ellas ya habituales dentro de la iconografía daliniana. La incorporación de ojos nos resulta familiar, sobre todo en comparación con Un perro andaluz, máxime cuando uno de ellos es cortado mediante unas tijeras gigantes, en una clara alusión al impactante inicio de la película realizada junto a Buñuel. Esta analogía se refuerza aún más, si tenemos en cuenta el hecho de que se trata de la imagen que da comienzo a la narración del sueño, en sintonía con la pretensión de Un perro andaluz de advertinos que, a partir del corte de ese ojo, de esa mirada, todo lo que veamos a continuación no estará regido por las leyes de la realidad convencional.



En el caso del personaje con la cara velada, ya en Babaouo (propuesta cinematográfica de Dalí nunca materializada) había utilizado este procedimiento, al igual que había sido llevado a alguno de sus ejemplos pictóricos. Pero no debemos olvidar, además, las influencias de otros artistas que, inevitablemente y como es natural, hacen mella en sus diseños, siendo en este caso Magritte y sus Amantes, el referente, a mi juicio, más directo.



Otra influencia, es la que ejerce Giorgo De Chirico y sus obras de carácter totalmente inquietante. El propio Hitchcock declaró que Dalí le recordaba a dicho pintor por las sombras alargadas, las distancias infinitas, las líneas que convergen en la perspectiva, los rostros sin forma.


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